Esta historia que les voy a contar sucedió en 1952 cuando El Mago estaba en el apogeo. Había venido de Chile y trajo tres caballos: Patriótica, Vulcanizado y Noveno.

Noveno era un potro hijo de Said en Nona. Estos tres caballos empezaron a tener una exitosa campaña pistera
En aquel tiempo el Secretario de Carreras era Petronilo Alonso y El Mago tuvo una disputa con él y tomó la decisión de dejar la hípica.
Por aquella época mi abuelo quien era gerente de la Botica El Javillo, que quedaba en Salsipuedes y mantenía una estrecha relación con los hermanos Endara.
El Mago les había preparado varios ejemplares y debido a esta amistad los Endara consiguieron una finca que era del “Ñato” Vallarino; era una finca que se dedicaba a la cría de gallinas. Vendió todos los caballos y dimos un giro de 180 grados, de caballos a las gallinas y pollos.
Recuerdo que la finca quedaba en lo que ahora es San Joaquín. El terreno era inmenso y había un caserón. En aquel tiempo había pocas fincas avícolas, pero El Mago decidió que criemos pollos y gallinas; la verdad que nuestra experiencia en esto era nula.
Y comenzamos, pero el negocio no levantaba vuelo y estábamos en el Escambray (estar limpios, sin dinero). Estaba muy alejado de todo y los vecinos más cercanos que, no estaban tan cerca, eran un seminario adventista, los hermanos Brown, un gringo y los Acocas, que vivían por donde está la fábrica de aceite de los Htzanetatos
Yo estaba en la escuela República de Chile en el turno vespertino y como estábamos tan lejos nos preparábamos a las 9 de la mañana para esperar al papá de Víctor Tejada, quien manejaba el bus de Pedregal para que nos dejara aproximadamente a las 12 del día en la parada de La Flor Panameña.
En medio de la rutina diaria, estábamos una noche en el porche esperando la hora de irnos a dormir. Recuerdo que eran tiempos difíciles y de repente El Mago vio una estrella fugaz pasar, me miró y me dijo la vaina se va componer.
Pasaron varios días y una tarde vimos un carro que se acercaba y mi papá me dijo no te preocupes Andy, allí viene la salvación.
Del carro se bajó Marco Arjona, a quien mi papá le había vendido a Noveno. Con El Mago había llegado cuarto en la velocidad corriendo contra Main Road. El señor Arjona le dijo a El Mago que él quería devolver a Noveno, porque no lo podía hacer correr. El Mago le preguntó que dónde estaba el caballo y Arjona le dijo que en el hipódromo. «No hay problema, nosotros lo buscamos», le respondió El Mago. El Mago buscó a un groom que se llamaba “Pama”. más buena gente que el carajo. Lulín y yo salimos a buscar a Noveno y los llevamos caminando del hipódromo en Obarrio hasta San Joaquín.

Llegamos a la finca y al lado de la casa había una estructura parecida a una capillita, echamos viruta, acomodamos unos baldes e instalamos a Noveno.
Lo primero que hizo El Mago fue darle un purgante de Aloe. Yo pensaba mis adentros, para qué papá le da esa vaina. Empezamos a alimentar a Noveno y donde los Durán nos fiaban la comida y la pangola.
El caballo empezó a coger vida y lo empezamos a entrenar.
Lo empezamos a caminar de la mano, luego mi papá dijo: “Bueno, ahora vamos a caminarlo montado y algunas veces lo hacía Lulín otras yo, y el caballo se estaba poniendo.
En donde vivíamos había un puente y Noveno no lo quería pasar. Ya mi papá había decidido empezarlo a galopar y contactó a mi tío Chichi Chairi, que vivía en San Francisco. Ellos consiguieron un pony que se llamaba Coronel, que era de Austin Chiari y lo llevamos a la finca. Entonces yo iba adelante con Coronel y mi papá montado en Noveno y lo empezamos a entrenar.
Luego buscamos a un herrero que se llamaba Scotlan y lo herramos y seguimos entrenando y lo empezamos alinear y cuando lo vimos listo, lo llevamos al hipódromo.
Lo corrimos en una carrera yendo para atrás y llegó séptimo. Y El Mago me dijo ahora van a saber lo que es bueno.
Dos semanas después lo volvió a inscribir contra un lote de caballos buenazos.
Llego el día de la carrera y recuerdo como si fuera ahora, que faltando 400 metros, el caballo los tenia presos. Ganó galopando, pago 37 dólares por boleto, el one two 1,400 dólares. Segundo llegó Road trip y eso fue un huracán de billetes después de haber estado en un Escambray madre.

El Mago fue con mi abuelo y le dijo consígueme una gallina que ponga un huevo de 37 dólares y nos regresamos para el hipódromo. Nos mudamos a Vista Hermosa.
Cuando eres bueno en lo que haces y en lo que amas, no importa si te alejas, cuando regreses volverás a pegar con tubo.
No olvidemos nuestra historia.
4 comentarios
Excelente
Gracias por su comentario
Andy. Le estas escribiendo la Historia a la hipica Pña.
Te felicito!
Gracias