La historia de Barrilito
Los que me conocen saben que me gusta la fiesta. ¿Y en Panamá a quién no le gusta la fiesta?

Hace algunos años frecuentaba el bar Torremolinos, en Vista Hermosa, en la vía Fernández de Córdoba y al lado de este establecimiento quedaba el restaurante La Fortuna, cuyo propietario en aquellos años era un chino que se llama William Lee con el cual entable una entrañable amistad, por su don de gente y no se diga porque para mí es el mejor cocinero chino del mundo.
En esa época mi hermano “Lulín” abrió un restaurante que estaba al lado del hotel Aramo, en Vía Brasil, frente al edificio del IDDAN.
Se acercaban los carnavales y, como era costumbre, pasé a La Fortuna y cuando me disponía a firmar la cuenta por lo consumido ese día, se me aproximó William y me pregunta qué día cumplía años mi papá y le contesté que el 14 de febrero.
El jueves siguiente salí de las carreras y me fui a tomar unos tragos en el bar de William y él me dice que yo estaba “goofy”, que él había ido a ver a mi papá al restaurante de Lulín, en vía Brasil, para llevarle un regalo por su cumpleaños, pero que en realidad la que cumplía ese día era mi mamá. Quedé como una zapatilla.
A todo esto, la fecha correcta del cumpleaños de “El Mago» era el 16 de febrero, dos días después. Seguimos departiendo un rato más y firmé la cuenta por que andaba limpio y me fui.
Ya el sábado 16 de febrero estaba trabajando en el establo y de repente se apareció el Chino William con un pato con dos lazos rojos para regalárselos a mi papá. En medio de la conversación le comenté a William que había comprado La Polla, que me costó 16 dólares y le dije que íbamos mitad y mitad. Ya corrían la última carrera y ese día no hubo ganadores de 10 y solo uno de 9. Y ¡sorpresa! era La Polla que había comprado y pago 60 mil balboas.
Yo le dije a mi papá que me iba a buscar a William al restaurante. Cuando llegue él estaba atrás en la cocina y ni siquiera tenía idea de lo que había pasado. Como siempre, no falta un cizañoso que me encontré en el camino y me dijo que no tenía que dividir nada, si el boleto yo lo tenía, y le contesté: Lo más valioso que hay es la palabra de un hombre.
Cuando le di la noticia a William, no lo podía creer, cerró el restaurante y abrió el bar y fue cancha abierta, que allí vamos a celebrar. Era el primer año que se celebraría el carnaval en Vía España.

El lunes ya cobramos cada uno su mitad y el chino William se fue más contento que el carajo. La suerte nos había sonreído en medio del Carnaval.
Ya en horas de la tarde mi papá y Félix Maduro tenían una cita para ver un potro hijo de Big Raff y en eso se aparece William y le llevó un sobre El Mago. Al abrirlo, menuda sorpresa, le estaba dando 2,000 dólares, a lo que El Mago le preguntó: ¿Y esto porqué y William le dice: “Nosotros los orientales, cuando ganamos repartimos”. Y como vio que estaba viendo a un caballo, él dijo que quería ser socio y entró en la sociedad con Félix y El Mago. Ese potro más tarde lo bautizarían con el nombre de Barrilito.
Barrilito fue un caballo ganador de clásico y múltiples carreras y acumulo en premios más de 250,000 dólares y mucha gente no entendía cómo Félix Maduro, un empresario e industrial, podía tener de socio al dueño de una cantina. Son los azares de la hípica y la suerte de un chino. Esta es la historia
3 comentarios
Lo que hicistes de dividir la polla es lo primirdial de unna persona honesta y que actua de buena fe. A William lo conoci y tenemos grande amistad aun estando en USA noble y leal.Me alegra qte saber que esto sucedio de esta manera.
La Buena fe siemore
Saludos
TREMENDA ANECDOTA..LO QUE CERTIFICA LO BIEN CRIADO POR EL MAGO…ASI ES MI HERMANO…LA PALABRA DE UN HOMBRE..NO TIENE PRECIO..LAMENTABLENTE ESO ESTA EN DESHUSO…ACLARAME LO SIGUIENTE BIG RAFF FUE EL PADRE DE PAULUS..LUEGO ESE PADRILLO ¿FUE TRAIDO A PANAMA?